Conseguir una combinación de colores armoniosas y agradables no es cuestión de azar, sino de seguir una serie de fórmulas que consiguen que estas combinaciones resulten adecuadas.

  • La armonía monocromática es la más sencilla, puesto que se basa en un único color del círculo cromático. A partir de sus cualidades, como el brillo o la saturación, se crean diferentes matices.
  • La armonía análoga combina colores similares. Para ello se utilizan colores vecinos, es decir, que están cercanos en el círculo cromático. Es una manera de asegurar buena relación entre ellos.
  • Para la armonía complementaria tomamos colores opuestos en el círculo cromático. Utilizando esta fórmula conseguiremos una paleta caracterizada por los contrastes.
  • Para la armonía complementaria dividida utiliza la combinación de los dos colores vecinos al color opuesto del primero. Con esta combinación conseguimos alto contraste, y una amplia gama de colores.
  • Para la llamada triada imaginaremos un triángulo equilátero en el interior del círculo cromático, y elegiremos los colores a los que apuntan sus vértices. En este caso, debido al fuerte contraste, es conveniente ajustar sus cualidades.
  • Al igual que en el caso anterior, con la tetraédrica serán los vértices de una forma geométrica los que apunten hacia los colores, en este caso un rectángulo. Por el mismo motivo, es conveniente ajustar las cualidades de los colores.

Elegir la paleta de colores adecuada para cada diseño es un trabajo minucioso e importante. Pero como verás, siguiendo estas sencillas combinaciones, será más fácil dar con los resultados deseados.

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