El color gris está a medio camino entre el blanco y el negro. Es habitual su utilización para expresar neutralidad, aunque como arma de doble filo puede mostrar también indecisión.

Es un color muy versátil. Podemos utilizar tonos muy claros de gris en sustitución del color blanco. Lo mismo ocurre con los tonos oscuros, que pueden utilizarse en sustitución del negro.

También es un color que sirve de complemento a todos los que se combinan con él. En ocasiones puede dar impresión de frío metálico, y en otras de elegancia.

Su aplicación es muy habitual en diseños corporativos, donde se pretende generar imagen de neutralidad, formalidad y profesionalidad. Ideal para combinar con tonos azulados o marrones.

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